miércoles, marzo 10, 2021

EL BENDITO RELOJ BALANZA

 

Siempre lo recuerdo, lo tengo en la memoria desde niño. Era grande, pesado y extraño. Recuerdo que me llamaba la atención que no tenia manecillas. Para mi era algo parecido a una balanza más que un reloj. Y paso el tiempo y como las cosas que pasan de moda, paso de la muñeca de mi padre al cajón del olvido. A veces buscando algo aparecía entre cajitas, linternas, baterías y lapiceros. Lo veía, y cada vez que lo tomaba lo sentía más pesado, mas extraño y sobre todo inútil.

Así pasaron décadas, el Tissot rojo paso escondido entre cajones, vilipendiado al ser extraño, tal vez un poco incomprendido, creo que me identificaba con él por eso lo evitaba. Ya tenia suficiente con ser yo el artista que miraba el mundo extrañado para agregar algo que me haga competencia.


 

Y fueron pasando los años y me dio por coleccionar relojes, de los baratos lógicamente, pero de diferentes formas, de batería, de cuerda, de cuarzo, hasta el más reciente de Mickey Mouse. Hace unos días lo encontré de nuevo, apareció tímidamente mientras buscaba un destornillador de relojero para cambiar una batería a un equipo. Ahora lo tome con un poco más de cariño, de todas formas, había estado años acompañando a mi padre muchos años. Seguía siendo pesado y recordé que mi profesor, el vate Winston Orrillo nos decía en sus memorables clases en San Marcos que las cámaras Zenith, esas pesadas cámaras rusas mecánicas de la década de los 80´s eran de bronce y acero porque en situación de guerra los rusos fundían lo que podían para hacer balas. Tal vez esa marca de reloj que no conocía, era rusa, por eso es tan pesado. Lo observe ahora con más detalle, y ahora tome atención en una frase que aparecía con letras blancas: “Hecho en Ecuador”, el “reloj balanza” me intrigaba otra vez, ¿era un reloj ecuatoriano?, eso era extraño. No funcionaba, no tenía idea si era a cuerda o batería, pensé en dejarlo otra vez en su rinconcito del cajón, pero recordé que frente a mi casa estaba el relojero del barrio, tal vez él podría repáralo. Así que fui donde quien sabia más que yo sobre relojes, al verlo se sorprendió, me confeso que no sabia de donde era la marca, el “Hecho en Ecuador” le hacía sospechar que era una copia barata, pero se ofreció a revisarlo. Lo destapo y pude ver un sistema de engranajes muy compacto y sólido. Es automático sentencio el “doctor del tiempo”, con una limpieza puede que funcione.  Tomo el destornillador, le saco la perilla y le paso un poco del alcohol isopropílico con un pincel, una pequeña gota de aceite y de golpe, el engranaje empezó a moverse. ¡Funciona! Dije emocionado. Estos relojes no necesitan cuerda, solo con el movimiento de la mano basta, me dijo, mientras cerraba la tapa del reloj. Me lo puse en la muñeca, me quedo perfecto.

Hace un día que me acompaña, y hoy por pura curiosidad revise Google para saber de donde era el bendito reloj y encontré la respuesta: Ciudadanía suiza, marca de abolengo desde 1853, nombre del modelo new timer, año de fabricación 1970, la frase “Hecho en Ecuador” resulta que en los 70´s, la empresa suiza enviaba las partes a Sudamérica para ser ensambladas en Ecuador y no pagar aranceles. En resumen: el reloj era suizo por dentro solo la carilla tenía el detalle del país donde se ensamblo.  Era una pieza de colección. Busque el precio en internet y Ebay me dio la respuesta: US$ 699 en el modelo que dice: “swiss made” y los de “Hecho en Ecuador” se les considera solo con un precio de US$ 400  Es decir que el reloj que durante tanto tiempo estaba escondido en un cajón, tenía buen valor.

Hoy llevo en la muñeca y me siento distinguido. Paso a ser el reloj más caro de mi colección. ¿Cuál es la enseñanza? Tal vez donde menos pienses hay un valor escondido, algo que te haga notable. A partir de hoy tratare de buscar “mi reloj balanza” dentro mío. Para terminar una recomendación… ¿puedes mirar en tu cajón del olvido si tienes algo valioso? Todo es posible. Gracias por leerme.

No hay comentarios.:

Las matemáticas y yo