sábado, enero 05, 2008

YO NO ESTOY LOCO !!

La noticia me dejo pasmado. En Florida un hombre confesó haber matado a su esposa porque no paraba de lavarse las manos. El asesino informó a las autoridades que su esposa padecía de una enfermedad obsesivo – compulsiva. La enfermedad, relacionada con bajos niveles del neurotrasmisor serotonina, da lugar a comportamientos compulsivos y reiterados, como lavarse las manos, verificar varias veces que las puertas estén cerradas o contar los pasos. Este comportamiento es tomado por algunos como algo normal – tal vez usted lo haga- y no se da cuenta de que está en un problema.

Muchas veces hemos visto personas que no encajan dentro de los patrones de lo cuerdo. Es posible que usted tenga un amigo, un hermano, un hijo o un esposo con un comportamiento incomprensible para usted. Tal vez hacen cosas que usted nunca haría.

Conozco personas así, seres humanos que viven con ese otro yo escondido, con el cual hablan y discuten en silencio su modo de ver la vida. Un amigo mío por ejemplo, tenia una enamorada que lo trataba muy mal, le pedía dinero y lo buscaba solo cuando necesitaba algo de él y esto le provocaba depresión. La solución era obvia: apartarse de la chica, pero no podía. He aquí el conflicto: uno puede querer a alguien que no siente nada por él, pero ¿cómo querer a quien no corresponde y encima lo trata mal? Le recomendé que vaya al psicólogo. La respuesta fue la esperada: Yo no estoy loco.

Ir al psicólogo es tomado por muchos como asumir que están locos. Nada más lejos de la realidad. Los psicólogos son los profesionales que “curan el alma” por medio de terapias, sin necesidad de psicofármacos, a diferencia del psiquiatra.

Un día un psicólogo me explicó cómo podía curar a las personas. Me dijo que la personalidad se puede dividir en cuatro cuadrantes o partes. La primera es la parte que uno mismo conoce y conocen los demás, su entorno, sus familiares y amigos. Es lo más visible. El segundo cuadrante vendría a ser lo que solamente conoce uno mismo, es decir lo que uno piensa, vive y siente, pero no expresa a los demás, ese lado que solo nosotros conocemos donde guardamos nuestros deseos más nobles, como los más bajos.

El tercer cuadrante vendría a ser ocupado por lo que solamente conocen los demás de uno, sin que esa persona se de cuenta. Son los gestos y mensajes que enviamos al exterior inconscientemente, sin nosotros percibirlo ni controlarlo.

El cuarto cuadrante está ocupado por el subconsciente, esa parte de nuestro ser que nadie conoce, tan escondida que ni nosotros mismos podemos describirla. Es en ese lugar de nuestra mente donde los psicólogos trabajan. Allí pueden tocar fibras muy sensibles que pueden explicar nuestro comportamiento. Muchos traumas que rigen nuestra vida se encuentran allí, tal vez un miedo, una fobia escondida en los intrincados laberintos de la mente. Muchos de estos los podemos haber adquirido en la niñez y afloran ya siendo adultos. Así esas manías que una gran mayoría tenemos, pueden tener una solución feliz en manos de un profesional.

Pero desgraciadamente en nuestra sociedad, ir al psicólogo es equivalente a ir al manicomio. Muchas personas no acuden a este servicio simplemente por el tonto prejuicio creado a su alrededor. “No estoy loco”, dicen muchos a los que se les recomienda o sugiere una terapia.

Un día en una universidad se inauguro el servicio de psicología, algunos docentes con varios títulos en su haber, se hacían bromas en torno a ir al psicólogo, porque zutano o mengano estaba loco. Pregunto: ¿Qué dirán esos docentes si saben que uno de sus alumnos va al psicólogo? ¿Los creerán locos? Y entonces ¿Cómo trataran a una persona que ellos creen loco? Preocupante ¿no? Esa ignorancia es fatal.

Queda entonces desterrar esa mala información. ¿Se imaginan la sociedad libre de personas con problemas que pueden ser tratadas antes de que su mal se transforme en algo peor? Cuántas madres sin traumas criarían hijos libres de estos, cuántos padres no volcarían sus frustraciones en la familia, cuántos abusos menos habría; cuantos ladrones, mentirosos, violadores menos existirían en nuestra sociedad.

Nunca es tarde para corregirse. Un curtido periodista que trabaja conmigo sustenta que la edad vuelve al hombre difícil al cambio. Pienso que no es así, la voluntad de cambio está dentro de uno, solo que tiene que asumir sus problemas y, sobre todo, escuchar a los amigos que le advierten sus errores. Debe incluirse en esta tarea, el cariño de la familia, ese verdadero amor es fundamental para eso y, es mas, no se debe confundir este cariño con un silencio cómplice que al final solo logra que uno siga el camino equivocado. Un verdadero cariño implica ayudar al otro a ser mejor, superarse y no querer tapar el Sol con un dedo o dar excusa o explicación a algo que no la tiene.

Así que hoy tómese un tiempo, medite un poco, haga un examen de conciencia y vea cuáles son sus problemas, esos que todo el mundo se los dice, pero usted no acepta. Entonces ya es tiempo de una terapia. Vamos, no tenga miedo: No esta loco.



Oscar Pinto Sánchez

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