domingo, noviembre 12, 2023

Las matemáticas y yo

 


Nunca fue bueno con las matemáticas, el hecho de que sean tan abstractas para mi mente era lo más difícil para poder aprenderlas, es decir, yo realizaba las operaciones en automático, pero no las interiorizaba. Creo que muchos tienen esa forma de ver esta ciencia. Como que solo convives con ellas. Así que, durante mi juventud, el Baldor era para mí un libro interesante por los colores y gráficos que tenía, pero no más.
Es así que ahora en el campus cuando me dirijo a mi salón para dar mi clase, paso por aulas y veo alumnos con miradas vacías hacia el profesor de esa materia, tomando apuntes si es que no se interpone el celular que los distrae, atacados por la modorra después del almuerzo. Para muchos profesores, llenar la pizarra de números, gráficos y curvas que solo ellos entienden, es la forma de enseñar que aprendieron cuando ellos estaban en una carpeta, para algunos de ellos, en la repetición está el gusto.
Siempre vi que en nuestra sociedad aprender esta aunado de sacrificio y sufrimiento, eso, por ejemplo, lo vemos en las publicidades en tv de las universidades, nos muestran chicos rompiendo paredes, en amanecidas infructuosas, tratando de aprender en una noche lo que no pudieron en meses, para aprender se debe sufrir, “la letra con sangre entra” decían nuestros abuelos y aunque puede que tengan una nota aprobatoria, muchos de ellos, al poco tiempo olvidan lo aprendido porque en la práctica es como si la memoria tendría un limitado megas de espacio o solo se quedan en la memoria los buenos recuerdos.
Es dentro ese universo académico en el que pude conocer por medio de los comentarios de mis alumnos una profesora que les enseña matemáticas de una forma diferente y aunque muchos dirán que los números siempre darán el mismo resultado aquí y en cualquier parte del mucho, puedo decir que a veces uno si quiere, puede curvar ese universo para que los alumnos puedan aprender de una forma diferente.
A Rocío la conocí hace unos años, cuando realizó una exposición de cómo ella usaba plataformas como Kahoot y Socrative como apoyo lúdico en sus clases, de mirada afable y sonrisa cual curva hiperbólica ha logrado en la práctica el reconocimiento de una gran cantidad de alumnos molineros. Amada por muchos estudiantes, criticada por algunos profesores, Rocío ha llegado a enlazar la matemática con una sensibilidad afectiva con los alumnos que funciona muy bien en la práctica. Para sus detractores, ella enseña “con manzanitas” lejos del método ortodoxo que sigue la gran mayoría. Y surge la pregunta: ¿es malo enseñar “con manzanitas” si en la práctica un gran número de alumnos muestran aceptación y compromiso? ¿Por qué enseñar cómo los alumnos quieren es algo mal visto? ¿Es necesario sufrir para aprender? Genéticamente, como humanos, huimos del dolor, no nos gusta, Rocío, enseña matemática con anestesia, si pudiéramos decirlo, sus alumnos se sumergen en el universo de números felices y tienen grandes posibilidades de aprender.
Algunas veces los problemas de la educación en nuestro país es que muchos docentes piensan estar en un competencia con el alumno, a ver quien sabe más, a ver a quien se equivoque primero para gozar de una victoria pírrica. Muchos docentes repiten año tras año métodos de enseñanza donde al final tienen escasos resultados que se reflejan en un reducido número de alumnos aprobados. Es como usar balas de goma frente a un muro de cemento, ya en la práctica sabes que no lo vas a tumbar, pero la terquedad los hace seguir intentando algo que como la matemática no va a cambiar.
Ese es el pecado de Rocío, ella ya no dispara balas de goma frente al muro, ella fue por otra ruta, tal vez cavó un túnel por debajo o salto con una valla con otra forma de enseñar, al final, el número de alumnos que la siguen, que aprenden y aprueban su curso, demuestra la efectividad de su teorema, enseñar matemáticas sin miedo, ¿Tal vez con amor? Y si así fuera, ¿Dónde está el pecado? !Saquen sus lanzas profesores ortodoxos! !Quemen a la alquimista de la matemática amorosa! ¡Muerte a la innovación! !Bárbaros!
Hoy quiero felicitar a Rocío por hacer la vida fácil a algunos de mis alumnos, a su terquedad de enseñar diferente, a su búsqueda permanente de ser cada día mejor para ellos, por ver más que una lista con códigos de matrícula, una grupo de alumnos con sueños no solo de ellos, sino también de sus familias. Gracias Rocío, te prometo que asistiré a tus clases para que ya en mi vejez cumplas ese sueño de muchos de entender las matemáticas… y sí, no me importa aprender con manzanitas, el fin justifica los medios.
¡Oscar Pinto, presente!

martes, mayo 31, 2022

La receta

 

La docencia es algo que practico desde hace décadas en la UNALM, y no me considero un docente perfecto, no tengo muchos títulos, y se debe mejorar continuamente. Este ciclo luego de la vuelta al campus pude disfrutar de nuevo del calor de mis alumnos. Hoy tuve una clase donde en medio de la conversación comenté que la fotografía hay que practicarla y a veces no se tienen resultados esperados pero hay que insistir aunque a veces nos desaliente, que hay que ser creativo, liberarse de trabas mentales y sentir. Puse de ejemplo mi afición por la repostería y mi frustración al no poder todavía lograr todavía un buen “pie de limón”. Algunos se sonrieron asombrados frente a mi sinceridad, otros apuntaron sus cámaras para inmortalizar el instante y uno de ellos me comprendió.

Al finalizar la clase, luego de la despedida, un alumno se me acerca y me da un papel escrito muy prolijamente y me dice:

  • Profesor, para usted, es la receta del “pie de limón” que hago. 

  • Ohh, ¿a ti también te gusta la repostería? le pregunté.

  • Si, me dijo, allí le apunte los tips, solo no le haga huequitos a la masa. Me dijo y se despidió con una sonrisa.


Me quedé asombrado y agradecido con la vida. El hecho de que se haya tomado el tiempo para escribir una receta para mi me indica que ser empático, divertido y amable con los alumnos puede producir reacciones que me hacen sentir que hago las cosas bien, que decirles a mis alumnos que “los quiero mucho” no me quita nada y que al contrario generan actos que siempre quisiera ver.

Recuerdo que cuando era alumno que la mayoría de mis profesores ponían distancia con sus alumnos, no escuchaban, no aceptaban preguntas o discrepancias. Respondía preguntas con preguntas, venían con gesto adusto y con hablar medido. Para ellos, sus alumnos éramos un código, olvidando que detrás de cada uno de nosotros había una familia que nos quiere y sueños que deseábamos realizar.  Yo siempre pensé que esa no era una buena forma de enseñar, han pasado los años y sigo pensando lo mismo, soy consecuente con mis ideas y hoy detalles como este me dan la razón.

Gracias a mi alumno que me endulzó la tarde, le prometo que haré su receta, siempre se aprende, hoy él me enseñó de una forma sencilla, el lado hermoso de la docencia. Como me decía un viejo maestro: “hay que enseñar más con amor que con sabiduría”. Hoy me siento con una estrellita en la frente.

domingo, enero 23, 2022

MAESTRO KOKI MORI - in memoriam


Koki Mori, rompe los esquemas que se hace uno sobre el curandero stardard, Mori no se rige por los moldes que ciertos sectores han tratado de dar a los curanderos, los sombreros negros, cadenas, gritos destemplados y brebajes no van con él. Él va de jean, de hablar sencillo, “chongero” para algunos, Koki Mori es como nosotros, y la vez, en mágica paradoja, no lo es, esa ambivalencia hace que entienda los problemas de la mayoría de personas, por que antes de Maestro Curandero es un ser humano. Ese tal vez es el encanto de este personaje que todos los martes, jueves y viernes lleva a cabo una de las más concurridas mesadas de curanderismo en la Ciudad de Lima, en el distrito de Chorrillos al sur de la ciudad. Hijo de don Ruperto Mori Lora reconocido como el máximo exponente del curanderismo en el Perú y el mundo. Desde muy niño al lado de su abuela quien era partera recorrió el norte del Perú llevando su ayuda a las gestantes. Fue allí donde tuvo sus primeros contactos con las plantas medicinales. ¿Cómo cura Koki Mori? Esa es una de las preguntas que se hace la mayoría de sus pacientes, él apoya su trabajo en Dios, antes de cada sesión invoca a la Virgen Santísima y la Cruz de Motupe para que lo ayude en su trabajo, así se convierte en una especie de aliado entre sus pacientes y las entidades buenas existentes en el mundo. Mori nos dice: “Cuando una persona se pone al frente mío en la oscuridad de la habitación yo puedo ver el aura de ella para así saber que clase de limpia hacerle” A lo largo de su trabajo como curandero ha conocido a muchas personas que hoy destacan en sus profesiones como artistas, deportistas, políticos, y presidentes de países de Centroamérica . Es en su mesa donde para asombro de muchos se funden todas las clases sociales, uno puede ver tanto una humilde madre de familia llevando la esperanza de que su hijo deje las drogas o a un empresario con una enfermedad que la medicina occidental ha salido de su alcance, es allí, donde los problemas escapan del llamado “mundo real” donde trabaja Mori. “Es cuando allí donde entro a tallar yo, cuando ya no hay solución y las esperanzas parecen diluirse yo trato de darle una respuesta al alma de las personas” Aunque para muchos, el curanderismo es para personas ignorantes, tal vez uno se sorprendería de ver la cantidad de “personas bien” que llegan hasta su mesa. Mujeres veinteañeras y hermosas buscando el amor perdido. Empresarios con una mala racha en los negocios. Todos vienen y se observan, todos se hablan como si se conocieran toda la vida, nadie pregunta a otro por que viene, el silencio es una regla que se cumple sin que alguien lo diga. Luciendo el uniforme de un conocido banco por allí vemos a Lucia a quien Koki conoce desde hace años. Lucia nos cuenta que la primera vez que vino fue de niña acompañando a su madre en busca de una cura para su abuelo que sufría de terrible mal, el abuelo estaba desahuciado, ella recuerda que su abuelo vivió muchos años más y llego verla ingresar a la universidad y terminar su carrera. Desde allí Koki, “el curandero”, paso a ser Koki “el amigo de la familia”. “Cuando las cosas me van algo mal vengo para que me florezca” a veces vengo solo por escuchar la música que toca con su guitarra y bailar, como que me pintara el alma de colores, nos dice mientras oculta el solapero donde esta su nombre y el banco donde trabaja. ¿Por que vengo ahora?... no lo puedo decir, me da roche” nos dice, mientras sus ojos almendrados nos dan la respuesta, nosotros también guardamos silencio. ¿Que busca Koki Mori por medio de esta web? Yo no necesito publicidad, mi trabajo y mis pacientes son mis principales cartas de presentación, la gran mayoría llega por recomendación de un familiar o un amigo que se vio bendecido con la solución de sus problemas o males. Todas las noches mi mesa se llena de gente. Lo que buscamos por medio de esta web es mostrar al mundo que el curanderismo no tiene por que estar relegado, que quien viene a nuestra mesa no tiene que sentirse avergonzado por participar de ellas en busca de una solución. Queremos que se reconozca el curanderismo como una ceremonia ancestral muy nuestra, es en esta donde nos comunicamos con las entidades que gobiernan la tierra y con la bendición del Santísimo para poder ayudar a quienes tienen problemas. Esta es tal vez una apretada síntesis de la vida de quien nos muestra un mundo escondido de nuestra sociedad buscando ser reconocido como parte de ella. Este es Koki Mori quien con sus acuarelas de esperanza, sus jeans y polos a la moda trata de que todos sus pacientes florezcan llenos de alegría a cada compás de su guitarra. ¿Se anima usted a participar de una mesa?

miércoles, marzo 10, 2021

LA PUERTA ABIERTA

 

Ya es una costumbre en mis clases de fotografía en la UNALM y mis alumnos lo saben. Dejar la puerta de atrás abierta siempre es una promesa que me hice yo hace muchos años y las promesas se cumplen, más cuando tu mismo eres quien las avala.

La historia de la puerta abierta siempre se las cuento a mis alumnos el primer día de clase, dentro de las reglas que se dan para el curso, así que ellos ya saben que pueden entrar a pesar de llegar tarde con la única condición que no hagan ruido, y desde 1996 la puerta sigue abierta y ellos siguen entrando.


¿Pero por que la puerta esta abierta? Esa es la historia que se remonta a cuando estudiaba en San Marcos y llevaba el curso de periodismo interpretativo con mi querida profesora Lily Huamanchumo quien era muy estricta con el horario. Las clases empezaban 8am y la profesora cerraba la puerta a las 8:05am y lamentablemente por la distancia y el tráfico de aquella época a pesar de los esfuerzos a veces solía llegar 8:10 o 8:15am y encontraba la puerta cerrada. Y aquí viene el detalle, me podía haber regresado a casa o quedarme por algún salón, pero siempre prefería quedarme parado y escuchar la clase a través de la ventanita sin vidrio que había en la puerta trasera, pase casi un 30% del curso escuchando las clases de esa forma, con la ilusa esperanza de que la profesora se compadeciera de mi y me abriera la puerta, pero nunca lo hizo. Solo cuando la suerte estaba conmigo, podía llegar antes que cerrara la puerta.

Pasó el tiempo, y luego de mucho esfuerzo aprobé el curso y un día años después, me encontré con la profesora y nos quedamos a charlar sobre como me iba y en medio de la plática, salió la pregunta:

-        Oscar, quisiera que me quites una duda ¿Por qué siempre te quedabas en la puerta cuando llegabas tarde? Me sorprendía tu cara mirándome fijamente por la ventana y a veces me provocaba reírme de verte allí. Me dijo con curiosidad.

-        Sencillo profesora -respondí- usted podía cerrar la puerta, pero el conocimiento salía por la ventana. Era una forma de decir que yo quería escuchar la clase, pero lamentablemente llegaba tarde. Pero hay un detalle… por todo eso, ahora en mis clases de fotografía en la UNALM la puerta de atrás de mi salón, siempre permanece abierta.

La profesora se sorprendió, creo que no esperaba una respuesta así. En teoría muchos pensarían que uno debe hacer los mismo que te hicieron. El conocido pensamiento, “si yo sufrí, que ellos también sufran” no lo cumplí. Y yo no hice lo mismo por que siempre recuerdo que mientras estaba esas dos horas parado en puerta deseaba que la profesora me abriera la puerta, claro que muchos dirán que lo más sencillo esforzarme  y era llegar temprano, pero tal vez me era más simple, irme y no quedarme en la puerta. Para mi era simplemente una forma de expresar que la clase me interesaba y quería entrar. Siempre recuerdo que pensaba que, si fuera yo del otro lado, abriría la puerta.

Han pasado los años y sigo pensando igual, para mí, uno de los problemas de nuestra sociedad es que muchos cambian de opinión de acuerdo a la situación, es por eso que, tal vez, si eres pobre dices que si tuvieras dinero harías muchas cosas en beneficio de otros y cuando llegas a tener poder y dinero, tus ideas juveniles pasan al olvido, en resumen, “una cosa es con guitarra y otra con cajón” y muchos pueden comprobar que en la política eso es algo que es común en los políticos, sino, recuerden de quienes está lleno el Congreso de la Republica.

Con el tiempo mi idea de la puerta mi idea de la puerta abierta ha logrado que muchos de mis alumnos tengan un compromiso sin firma, he visto que muchos, por razones insalvables llegan a tarde y entran de manera silenciosa, y al final de la clase, de manera respetuosa se acercan para pedir disculpas por su tardanza y explicarme el por que de ella. Tal vez, simplemente se pueden retirar sin explicaciones, pero, ¿qué es lo que los hace sentir responsables?, para mi la respuesta es que simplemente regresan la confianza que les entrego. Tal vez puede ser un método “sui generis”, pero así es el comportamiento humano y los estudiantes tienen un mar de variables que nunca podemos entender del todo, yo simplemente les pongo un faro para que lleguen a buen puerto y desde 1996, cuando se inició el curso en la agraria, he comprobado que la respuesta es la misma que yo hubiera dado, respetar el compromiso sin presiones.

Hace un tiempo me encontré con la profesora Huamanchumo, y la pregunta salto:

- ¿Y profesora, sigue cerrando la puerta?

- Por supuesto, respondió – con una sonrisa cómplice.

- Bueno – le respondí- la mía siempre sigue abierta.

Termino reconociendo de que la profesora como yo, seguimos consecuentes en nuestras ideas y eso ya es la mística sanmarquina.

EL MINISTRO Y YO

 

Ayer hablando con una querida amiga, recordábamos los trabajos por los que hemos pasado y sobre todo los jefes que hemos tenido y las experiencias que vivimos con ellos.

De todas ellas extraje una especial, que a pesar del tiempo se refleja creo todos los días en muchas oficinas y dependencias del Estado. Para mi es una tara, un lastre que algunos arrastran en silencio, hoy lo cuento para que estoy seguro que alguna vez lo has vivido o al menos has sido testigo de algo parecido.

Era la década del 90´s y yo trabajaba en la oficina de un ministerio como diseñador gráfico, mi principal labor era diseñar los avisos de las licitaciones que salían en los diarios, mi jefe, un curtido hombre de prensa, asesor del ministro de turno, orgulloso ayacuchano, forjado en la política partidaria y sobre todo conocedor de la idiosincrasia del peruano ideo una forma genial de usar las obligatorias publicaciones de las licitaciones en magnífica propaganda gubernamental. Si antes un aviso de licitación tenia letras pequeñas: “Licitación para la obra en el distrito de Asillo, provincia de Azangaro, departamento de Puno” con letras pequeñas en el diario oficial, él cambio todo a grandes avisos donde cada nombre de la localidad resaltaba como un titular de diario, así el avisito transmutaba a: Departamento de PUNO, provincia de AZANGARO, Distrito de ASILLO, y en letras grandes la obra a realizar. La formula perfecta, el aviso legal ahora era una propaganda política.

Fue en ese trajín diario en que había un pequeño problema, toda publicidad tenia que llevar el visto bueno del ministro, así que una vez diseñado, el llevaba el aviso al despacho ministerial para que el ministro lo apruebe, el detalle es que el ministro tenia una agenda muy recargada y a veces aprobaba el aviso pasada las 5pm, cuando ya los diarios habían cerrado las publicaciones, lo cual llevaba a pagar recargos y a mí, pobre diseñador, esperar hasta las 7 o 8pm que el ministro se digne a poner su firma y sello.

¿Pero por qué pasaba esto? Un día comprendí que el problema no era que el ministro no tenia tiempo, sino que mi jefe no le explicaba que los diarios tienen un horario y que por más ministro que sea no iban a parar las rotativas para colocar su aviso a la hora que él tenga tiempo. El clásico “sí, señor” estaba personificado en mi jefe. Claro, creo que nunca pudo ir al despacho y explicar en forma sencilla cual era el procedimiento de la publicación de un aviso. Al final, el problema emergía por nuestra oficina y el publicista.

Pero, la vida da revanchas, y el día llegó, por que tarde o temprano la vida te sonríe.

Un día, mi jefe salió a un viaje a provincia, y durante la semana habíamos estado diseñando un aviso a pagina completa con todas las obras realizadas en un mapa el Perú, en cada departamento figuraba la obra realizada y el dinero invertido, era una filigrana en blanco y negro. Y llego el día, el aviso tenia que enviarse para publicación, pero el ministro no lo había revisado. Tenia que ser publicado el domingo y ya era viernes. Fue allí donde a la oficina llaman del despacho, solicitando que vaya mi jefe para revisar el aviso, pero mi jefe no estaba, preguntaron por quién lo podía remplazar, “el segundo de abordo”, también había ido al viaje, el “tercero”, no, tampoco, ¿Quién esta entonces? Pregunto la secretaria del despacho, solo el diseñador respondió: Que suba, fue la orden.

Y así, yo humilde diseñador subió al despacho ministerial, de pronto sin querer estaba en medio del poder. Cuando entré a la oficina encontré al ministro en sentado en una mesa rodeado de muchos documentos y a un costado el aviso esperando.

Mucho gusto ingeniero, lo salude, me dio la mano muy atentamente y me señalo el aviso. ¿Y cómo va esto? -pregunto. Ya está listo, solo lo aprueba y se envía, respondí.  Y allí empezó el siguiente dialogo:

Ministro: Una pregunta ¿si ponemos el nombre es esta obra más grande?

Yo: Ingeniero, si agrando el nombre de esta obra, me va a obligar a que las demás también las tenga que agrandar y ya no hay espacio.

Ministro: ¿Y si ponemos los departamentos donde hay obras con un tramado?

Yo: Ingeniero, si ponemos algunos departamentos con una trama, las letras que son pequeñas van a perder protagonismo.

El ministro se alejó del aviso, lo miro de nuevo… y lanzo el ultimo dardo.

Ministro: ¿Y si hacemos el mapa del Perú más grande?

Yo: Ingeniero, si quiere que haga eso, voy a tener que reacomodar todo el aviso y ya son las 4pm y a las 5pm cierran la edición y tendríamos que pagar extra.

El ministro se acomodó los lentes… miro el aviso de nuevo y sentencio: Claro, ¿no?, así está bien, ¿tú qué opinas?, pregunto.

-Le aseguro que es un diseño que se ha trabajado desde hace varios días, respondí muy seguro.

-Perfecto, dijo, tomo su lapicero y puso su sello y firma.

Me despedí y salí rápido antes que se arrepienta. En la oficina llame al publicista y publico el aviso.

¿Qué pude comprobar ese día? Simplemente que al ministro nunca le habían explicado el sistema de publicación de una publicidad, él pensaba que era muy fácil llevar un aviso a las 8pm para que salga al día siguiente. Lo único que hice fue explicarle con base que hay cosas que se pueden hacer y otras no.

Para terminar la historia, cuando mi jefe regreso y pregunto por el aviso y lo vio ya publicado, pregunto cómo había hecho: “Solo le dije, lo que usted nunca se atrevió a decirle y me entendió”. La discusión que vino ya es otra historia.

Las matemáticas y yo